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El Camino hacia la Perfección

Pretendo que sea un diario, pero no puedo comprometerme. Siempre digo que, si de verdad quieres conocerme, es mejor que pruebes mi cocina. Pero si no te apetece, no te viene bien o no había hueco el día que querías, al menos puedes venir aquí a escucharme.


El objetivo principal de un restaurante como KAVA no debe ser otro que crear una experiencia excepcional para los comensales. Para ello, hay unos estándares comunes que se esperan en un restaurante de este tipo y abarcan diversos aspectos, desde la ubicación y el diseño del espacio hasta la comodidad de los clientes.


La primera impresión cuenta, claro que cuenta, por ello la presentación es clave y nuestro servicio es ejemplo de ello. En un principio nuestras mesas fueron pensadas para ofrecer un servicio que no fuera tan formal, donde el comensal no se sintiera encorsetado o forzado al protocolo. Las mesas vestidas con innumerables capas no encajaban con la idea que teníamos pensada para KAVA cuando comenzamos. Durante mucho tiempo, me he reafirmado en que, para nosotros, los manteles no eran necesarios pero ahora nuestras exigencias han cambiado. De nada sirve tener platos extraordinarios, si el resto no está a la altura y, eso hemos hecho, incorporar manteles a nuestra manera para seguir en el camino hacia la perfección gastronómica.


No solo se come con la boca, también con los ojos. El cuidado de cada detalle, desde el plato hasta la vajilla es esencial, por eso hemos traído alguna que otra novedad. No sé si os lo he dicho ya, pero hemos cambiado nuestro menú en KAVA, ahora disponemos de dos opciones de menú degustación: uno más corto y otra opción más extensa para los más atrevidos. En cualquier caso, es un menú fiel a nuestra esencia a través de la confianza en materias primas extravagantes y sin miedo al juicio. Como sabéis, hace mucho tiempo que dejamos de replicar recetas, le damos una vuelta de tuerca a la tradición, desafiamos las expectativas y hacemos que el comensal se sorprenda a través de un viaje por muchas culturas sin perder el alma del buen comer. Perseguimos la coherencia de los sabores y la audacia de las combinaciones para que los comensales al probarlo, levanten una ceja y sonrían entre mordida y mordida.


Os contaré pronto cómo avanza esta revolución, no nos perdamos nada del espectáculo.


KAVA Marbella. Mesa



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