Pretendo que sea un diario, pero no puedo comprometerme. Siempre digo que, si de verdad quieres conocerme, es mejor que pruebes mi cocina. Pero si no te apetece, no te viene bien o no habÃa hueco el dÃa que querÃas, al menos puedes venir aquà a escucharme.
Ya venÃa dándole vueltas desde hace algunos meses y, tras muchas pruebas, ensayos, más pruebas, más ensayos y algún que otro error… tenemos nuevos menús en KAVA.
‘Amatxo’ y ‘Lord Fer’ son las dos nuevas opciones disponibles en KAVA. Uno largo y otro corto, para los estómagos menos pudientes, que se basan en todo lo que sé, lo que tengo y lo que vivà en casa. Un homenaje, quizá y de forma velada, a mis raÃces y a mis padres.
No fue hasta bien tarde (y por caprichos del destino) cuando la gastronomÃa llamó a mi puerta. Desde entonces, he recorrido el mundo de punta a punta para buscar, con más o menos tino, todo aquello que me inspirara a cocinar. Vueltas y vueltas en lo que al principio tomé como desafÃo y que, con el tiempo, terminaron por convertirse en el paso previo a lo que hoy dÃa es KAVA. No me malinterpretes; me enorgullece mucho más poder transmitir todo ese conocimiento a través de mi cocina. De hecho, durante mucho tiempo estas experiencias han conformado la base de lo que hoy en dÃa es mi casa, y aún perdura su influencia.
Pero esto no serÃa lo que es, si no hubiera empezado mucho antes. Si mi infancia no hubiera estado impregnada de ciertos aromas. El olor a pan recién horneado siempre me trasladará a mi infancia, a mi madre. A su sencillez y su sensibilidad a la hora de transmitir su cocina. Es el por qué de ‘Amatxo’. Ella es mi casa, mi origen, y el principio. ‘Lord Fer’ es, en contrapartida, la otra mitad de lo que soy y seré. El amor por la mesa que me inculcó mi padre. Nunca habrá suficiente narrativa para agradecerle todo lo que hizo.
Buscando ese principio, unà la tradición con lo nómada a través de una propuesta poco convencional, que sin embargo recuerda a las recetas de toda la vida. AsÃ, han nacido pases como el chivo con brioche y mantequilla (solo su olor hace amigos) o el pichón con pak choi y boniato. No pretendo desgranar mucho más, pero tenÃa que contarlo, por si a alguien le daba por leerme.