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Hay equipos y equipos.

Pretendo que sea un diario, pero no puedo comprometerme. Siempre digo que, si de verdad quieres conocerme, es mejor que pruebes mi cocina. Pero si no te apetece, no te viene bien o no había hueco el día que querías, al menos puedes venir aquí a escucharme.


Mucha gente me pregunta cómo tengo la santa faz de desaparecer de Marbella durante más de un mes, para atender un proyecto a unos pocos miles de kilómetros, y dejar 'de lado' mis dos negocios. Mucha, más de lo que podáis pensar, porque aún hay quien piensa eso de que el ojo del amo...


Nada más lejos de eso; creo que la clave es la habilidad para generar un proceso, y configurar un equipo que lo ejecute, solo ahí tienes la mitad del camino hecho. Pero no te voy a engañar; esa gente tiene que vivir bien. En paz con su trabajo, con su salario y con su conciliación. Pedirle al equipo que sacrifique horas extra de su tiempo libre a cambio únicamente de un sueldo no solo no es justo, sino que es caduco, y sienta las bases para ese sinfín de rotaciones de plantilla que veo en gran parte de los negocios de mis colegas. No te cuento nada nuevo si te digo que tu equipo quiere vivir bien. Pero igual te sorprende saber que, si tienes una alta rotación en la plantilla, puede que la culpa sea de tu proceso.


Toca afinar.



Equipo de cocina. Unsplash
Equipo de cocina. Unsplash

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